El verdadero precio de la moda low cost: Reflexión sobre el trabajo infantil
En los últimos años, el mundo del comercio electrónico se ha inundado de cientos de plataformas que ofrecen productos a precios de ganga. Muchos de nosotros, atraídos por la oportunidad de renovar nuestros armarios por una miseria, hemos sucumbido a marcas como Shein o Temu. En las que, con tan solo 50 euros, podemos renovar nuestra ropa cada temporada. Pero, ¿qué hay detrás de esta moda de ultrabajo coste y consumo rápido?
El 12 de junio es el Día Mundial contra la Explotación Laboral Infantil, y queremos reflexionar sobre el impacto de estos comportamientos de consumo.
Con más de 20 millones de descargas en un año, Temu, se ha posicionado rápidamente como el rey del comercio electrónico. Promocionándose con el eslogan "Compra como un millonario" y situándose entre los sitios online más visitados de Francia.
Pero, ¿cómo mantiene Temu unos precios tan bajos? La respuesta está en prácticas que merecen una reflexión crítica:
- Costes de producción reducidos al mínimo.
- Marketing agresivo a través de influencers.
- Amplia publicidad en las redes sociales.
Por desgracia, estas tácticas suelen dar lugar a condiciones de trabajo inaceptables, como trabajos forzados con jornadas agotadoras de más de 75 horas semanales, el uso de materiales baratos y perjudiciales para el medio ambiente y, lo que es más trágico, el empleo de mano de obra infantil. Los niños, privados de su infancia y de oportunidades educativas, son explotados para mantener bajos los costes de producción.
En Social Ads nos pronunciamos sobre estos temas, instando a los consumidores a ser más conscientes en sus elecciones. Y creemos firmemente que el cambio empieza por la información y las decisiones de compra informadas. Si queremos salir de este círculo vicioso de consumo insostenible, es esencial evaluar el origen y las prácticas que hay detrás de cada producto. Decidir no apoyar a las empresas que explotan el trabajo infantil es un paso fundamental hacia un futuro más justo y sostenible.
La historia del trabajo infantil en la moda de bajo coste es una mancha en el tejido de nuestra sociedad que debe ser eliminada.
Como consumidores, tenemos el poder y la responsabilidad de marcar la diferencia. Cada prenda que decidimos no comprar a estas empresas es un paso para liberar a un niño de la opresión.